“Tus Derechos en Mayúscula” convocó a más de 40 adultos mayores en Centenario

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La propuesta ya capacitó a más de 250 personas. Apunta a brindar información acerca de los derechos de los consumidores, con el fin de que los mismos puedan hacerse valer.

En el Centro de Abuelos “No me Olvides” de Centenario, más de 40 adultos mayores fueron protagonistas de “Tus Derechos en Mayúscula”, el programa promovido por la dirección provincial de Protección al Consumidor, dependiente del ministerio de Ciudadanía, que apunta a brindar información y capacitar a personas de esta franja etaria en cuestiones vinculadas con derechos de los consumidores.

Lanzando en abril, el programa ya capacitó a más de 250 adultos mayores, y pretende llegar “a todos los centros de abuelos posibles. Queremos que conozcan sus derechos para que no sean vulnerados a la hora de tomar decisiones de comprar o adquirir algún servicio”, señaló la directora general de Educación y Difusión al Consumidor, Cintia Rojas.

Durante el encuentro, todos los adultos mayores que se hicieron presentes contaron -en primera persona- la vulneración de sus derechos: Luisa aseguró tener dudas acerca del importe que paga por su línea de celular; Ramona compartió que en los resúmenes de la tarjeta de crédito le llegan intereses que no sabe de dónde salen; Alvarita aseguró haber sido víctima de una estafa telefónica; y otros siguen sin poder dar de baja un servicio. La lista es interminable.

Rojas explicó que “siempre vemos la misma situación: falta de información por parte de la empresa a la hora de vender un servicio o un producto, y el adulto mayor estafado”.

Ante este escenario, de manera didáctica, proponiendo ejemplos, mostrando carteles e invitando a la participación, los agentes de la dirección provincial de Protección al Consumidor comparten información indispensable: cómo hacer para dar de baja una tarjeta de crédito por más que se tenga deuda; cómo utilizar el “stop debit” para detener un débito automático; cómo rescindir un servicio cobrado y no contratado; y cómo usar el libro de quejas.

También les cuentan a los asistentes que no tienen que brindar datos personales por teléfono; y les brindan herramientas para que puedan anotarse en el registro nacional “No me llamen”, con el cual los consumidores pueden evitar recibir mensajes o llamados publicitarios en teléfonos fijos o móviles. “A mí me llaman a toda hora para ofrecerme un servicio de alarma. A veces lo tengo que dejar descolgado”, contó Alicia, al enterarse que podía llamar al 146 y evitar esta molestia.

“Ellos se desesperan por contarte situaciones que para nosotros son cotidianas, que podemos resolverlas enseguida, y en ellos no es así, por eso nos parece tan importante compartir todas estas pequeñas herramientas”, señaló Rojas.

Por su tenacidad, Mónica recibió el primer aplauso de la tarde: “Me compré un freezer, a los tres meses se rompió y no me querían reconocer la garantía. Llamé y luché hasta que me dieron uno nuevo”, dijo y todos los presentes se sintieron orgullosos. Además, los talleristas entregaron regalos: anotadores con imán para dejar asentados los reclamos, y sobres para guardar los tickets de compra.

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