Neuquén celebra su riqueza aviar y refuerza la conservación en sus áreas naturales
En el Día Global de Observación de Aves, la provincia pone en valor la diversidad de especies que habitan sus doce Áreas Naturales Protegidas, seis de ellas reconocidas internacionalmente como Áreas de Importancia para la Conservación de las Aves.
Cada 11 de octubre se celebra el Día Global de Observación de Aves. La secretaría de Ambiente y Recursos Naturales pone en valor la diversidad de la avifauna de la provincia del Neuquén y el rol de las 12 Áreas Naturales Protegidas (ANP), seis de las cuales están reconocidas como Áreas de Importancia para la Conservación de las Aves (AICAs), como pilares de conservación, investigación y educación ambiental.
Leticia Esteves, secretaria de Ambiente y Recursos Naturales, destacó que “nuestras áreas protegidas son la columna vertebral de la conservación en Neuquén. La diversidad de aves que albergan -desde humedales altoandinos hasta bosques subantárticos- es un indicador de salud ecosistémica y, a la vez, un patrimonio cultural y educativo para toda la provincia”.
“Cuidarlas, monitorearlas y acercarlas a la comunidad es clave para construir futuro: cada observación responsable y cada dato que se comparte ayuda a tomar mejores decisiones y a proteger lo que nos protege”, destacó.
Neuquén cuenta con 12 AICAs, de las cuales seis se encuentran dentro de Áreas Naturales Protegidas provinciales: Mangrullo, Auca Mahuida, Tromen, Epu Lauquen, Copahue y Chañy. Estas designaciones reconocen sitios estratégicos para la reproducción, alimentación y refugio de aves residentes y migratorias, y refuerzan el rol de las ANP como corredores biológicos esenciales.
Además, los ríos Limay y Neuquén son una fuente inagotable para la observación de aves, tanto por su diversidad como por la accesibilidad para los observadores.
Entre las áreas destacadas para conocer la avifauna neuquina se encuentran, el Área Natural Protegida Domuyo, en el norte provincial, que alberga las lagunas La Totora y Los Cheuques, que presentan una alta diversidad de aves acuáticas. Los juncales brindan refugio y sitios de nidificación a especies sensibles, entre ellas el junquero (Phleocryptes melanops), de distribución muy restringida en Patagonia. Luego, en los arroyos serranos de montaña, habita el pato de los torrentes (Merganetta armata), especialista de cursos fríos y rápidos. Dado su estado de conservación, se recomienda evitar la búsqueda dirigida y priorizar la observación responsable desde las sendas habilitadas.
En el ANP Batea Mahuida se destacan las lagunas con registros del pato de anteojos (Speculanas specularis), considerado en peligro en listados regionales, y poblaciones notables de cauquén real (Chloephaga poliocephala). Y en los arroyos de montaña también puede observarse el pato de los torrentes, siempre siguiendo recomendaciones de observación responsable.
Por su parte, el ANP Epu Lauquen, en el departamento Minas y también reconocida como AICA, protege una de las manifestaciones más norteñas del bosque andino patagónico y el gradiente entre estepa altoandina, bosque subantártico y estepa patagónica.
Allí se han registrado 139 especies, entre las que se encuentran el cóndor andino, el águila mora y el carancho andino. En el bosque son frecuentes el huet-huet castaño (emblema local), cachañas, rayaditos, picolezna patagónico y carpintero gigante. En las lagunas abundan bandurrias, cauquenes, biguás, garzas, cisnes de cuello negro, macáes, patos y gallaretas, asociadas a extensos juncales. Un punto destacado para visitantes es el Mirador de Aves “Los Cauquenes”, que ofrece infraestructura interpretativa para disfrutar y aprender sin impactar el entorno.
En el ANP Tromen, también AICA, el equipo de educación ambiental desarrolló el “Bingo de Aves”, una herramienta didáctica con cartones que incluyen más de cien especies registradas en el área. El recurso se utiliza con escuelas y familias para reconocer especies, hábitos y hábitats, y fomentar una observación respetuosa.

Entre las aves más representativas del parque se encuentran el macá común, macá plateado, garza bruja, bandurria baya, flamenco austral, cisne de cuello negro, coscoroba, cauquén común, pato juarjual, pato zambullidor grande, pato maicero, pato overo y pato cuchara. También se destacan numerosas especies migratorias que llegan desde lugares tan lejanos como la tundra canadiense, entre ellas pitotois, playeritos y el chorlito nadador, que recorren decenas de miles de kilómetros en sus viajes de ida y vuelta.
La secretaría de Ambiente articula con los Clubes de Observadores de Aves (COAs), escuelas y organizaciones locales para fortalecer la interpretación ambiental y la difusión de buenas prácticas en ambientes sensibles.
Entre las recomendaciones más importantes se encuentran mantener distancia prudente, especialmente en época de nidificación; evitar acercarse a nidos o polluelos; no ingresar con mascotas a zonas sensibles; no usar drones sin permiso expreso; respetar la señalización y los horarios de visita; y retirar todos los residuos sin extraer flora, plumas ni “recuerdos”.
La observación responsable se traduce en conservación efectiva. La información generada por equipos técnicos, guardaparques, instituciones educativas y observadores contribuye a los planes de manejo, al ajuste de cargas de uso y a la definición de cierres temporales cuando es necesario.
De este modo, las Áreas Naturales Protegidas cumplen su doble misión: conservar la biodiversidad y ofrecer experiencias formativas de calidad para toda la comunidad. Este 11 de octubre, Neuquén celebra a sus aves y a quienes las cuidan: guardaparques, COAs, equipos técnicos, escuelas, clubes, guías y observadores. Conocer es el primer paso para cuidar.
