Sin inversiones en el horizonte, el hacha del ajuste cae nuevamente sobre los trabajadores.

A fin de este mes se vence el plazo que YPF puso para que las empresas de servicios petroleros, que prestan servicios en sus yacimientos, reduzcan el personal asignado en las áreas, amenazando con dar de baja los contratos de aquellas que incumplieren.

Desde el sindicato de petroleros privados que conduce Guillermo Pereyra, anunciaron que serían aproximadamente 1000 los puestos que se perderían de forma inmediata.

Algunos compañeros de empresas de servicios más pequeñas denuncian igualmente que la parte patronal ya habría anunciado quiénes serían los trabajadores cesanteados y que les habrían notificado que les llegarían los telegramas a fin de mes. Denuncian también que los delegados se están comportando en forma extraña ante las denuncias de los compañeros.

 

Tienen distintos discurso según a dónde van. Ellos dicen que no van a dejar pasar los despidos, que no nos preocupemos. En algún lado hablan de que los puestos que se pierden acá los van a absorber las empresas que están trabajando en Vaca Muerta, con la intención de que aceptemos las indemnizaciones, que siempre son a la baja o directamente quieren que arreglemos retiros voluntarios, pero nunca hablan claramente de que nos van a defender.

Empleados de la firma Norpetrol de Plaza Huincul comentaban en medios locales que hasta el momento sólo se han reunido con el encargado, pero nos apuran con el retiro. La empresa sólo quiere dejar cinco operarios pero a través de UOCRA. Con respecto al sindicato, éstos están enterados de la situación pero no se sabe por qué aceptan que nos amenacen con el retiro, sólo faltaría que nos pongan un arma en la cabeza.

Los obreros petroleros recuerdan la crisis que se produjo a principio del 2017, donde el sindicato, en aquel momento un inseparable aliado del gobierno de Macri, aceptó firmar la readecuación de los convenios colectivos de trabajo (la famosa adenda petrolera). No conforme con eso, el gobierno fue por más y el sindicato auspició los retiros voluntarios de 2000 compañeros a pedido de la dirección de YPF. Según confesó Pereyra en estos días, fue un pedido expreso de la empresa para poder sanear sus cuentas. ¿En qué basarían su confianza los trabajadores en esta nueva coyuntura?

En su momento se especulaba que estos compañeros volverían a la actividad con la llegada de inversionistas extranjeros deseosos de invertir en la Argentina, pero lo cierto es que estos puestos de trabajo en el sector engrosaron los índices de desocupación de la provincia. La deseada reactivación no se hizo efectiva a pesar de que los márgenes del negocio se vieron ampliamente favorecidos con el aumento récord del barril y la depreciación del peso con respecto del dólar.

Lo único cierto es que no podemos dejar que el futuro penda de la voluntad de un sindicato que a pesar de expresar fiereza en sus declaraciones, sólo ha demostrado pasividad y sumisión ante estos empresarios y gobiernos. Por ello es necesario que los trabajadores comencemos a organizarnos para defender y mantener nuestros puestos de trabajo y para que esta crisis no la paguemos nosotros.

Deja un comentario